Mexique 1900 – 1950

La Réunion des musées nationaux – Grand Palais de París, Francia, y el Museo Nacional de Arte (Munal) de México se han asociado para organizar una exposición que se presentará por primera vez en el país europeo: México de los renacimientos, un vasto panorama de la modernidad mexicana que va del inicio de la Revolución hasta hasta mediados del siglo XX, complementado por piezas de artistas contemporáneos. El arte de México en el siglo XX estaba estrechamente conectado con vanguardias internacionales. No obstante, ofrecía una increíble singularidad y un poder que desafiaba a la mirada europea.

En la primera sección de la muestra, que se presentará del 5 de octubre de 2016 al 23 de enero de 2017 en el Grand Palais y cuenta con la curaduría de Agustín Arteaga –director del Munal–, el público descubrirá cómo esta modernidad se inspiró en la imaginación colectiva y en las tradiciones del siglo XIX. Esta relación evidente entre el arte académico, desarrollado después de la restauración de la República en 1867, se prolongó en los preceptos ideológicos de la Escuela Mexicana de Pintura y Escultura, guiada por José Vasconcelos a partir de 1921.
Las corrientes internacionales llegaron a contrarrestar este anclaje en la tradición. A la vuelta del siglo XX, el simbolismo y el decadentismo encontraron en México expresiones fascinantes como La mujer y el pelele (1909), la famosa pintura de Ángel Zárraga. Poco a poco se reafirmaron las experimentaciones estéticas de artistas mexicanos en contacto con la vanguardia parisina en los primeros decenios del siglo pasado, el principal de ellos Diego Rivera.

La segunda parte de la exposición se enfoca en la Revolución Mexicana como un conflicto armado que implicó la planificación de un nuevo proyecto nacional. La creación artística de los años que sucedieron a la Revolución tomó un carácter ideológico y se apoyó en medios como el muralismo y el grafismo. La muestra naturalmente acentúa las obras de los tres artistas sobresalientes del muralismo mexicano, los tres grandes: Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco. Esta revolución masculina que abrió el camino a diversas oportunidades, permitió a las mujeres participar en el esfuerzo económico y las alentó a hacerse un lugar en la escena artística, como pintoras o mecenas.

El árbol de Frida Kahlo, obra rara vez exhibida, remite al bosque de personalidades extraordinarias como Nahui Ollin y Rosa Rolanda, o a fotógrafas como Tina Modotti y Lola Álvarez Bravo. Paralelamente a la Escuela Mexicana de Pintura y Escultura de los años veinte y treinta, este periodo también fue marcado por la llegada de variados planteamientos experimentales. El triunfo del muralismo y del arte nacionalista eclipsó los movimientos vanguardistas y reivindicó el derecho de participar en la escena artística internacional, independientemente del paradigma revolucionario.

El tercer apartado de la exposición permitirá descubrir toda una sección de artistas y obras presentados como opciones a los discursos ideológicos de la época, como las máscaras alucinantes de Germán Cueto, los retratos enigmáticos de Roberto Montenegro y las abstracciones de Gerardo Murillo Dr. Atl, Marius de
Zayas y Rufino Tamayo.

Finalmente, la cuarta parte, titulada Encuentro de dos mundos: Hibridación, manifiesta cómo, desde comienzos del siglo XX, la presencia de creadores mexicanos en Estados Unidos, como De Zayas, Miguel Covarrubias y, sobre todo, los grandes muralistas, jugó un papel decisivo para los movimientos de vanguardia en ciudades como Nueva York, Detroit o Los Ángeles.
De igual forma, gracias a la fama adquirida por los artistas mexicanos en el extranjero durante los primeros decenios del siglo XX, varios artistas foráneos decidieron trasladar su actividad a nuestro país y, en colaboración con los creadores locales, lograron desarrollar una escena particularmente rica, en especial alrededor del surrealismo, con exponentes como Carlos Mérida, José Horna, Leonora Carrington y Alice Rahon.

La exposición cierra la crónica de estos intercambios, fuentes de un perpetuo renacimiento, con la llegada de Mathias Goeritz a México en 1949. Su vitalidad es patente en piezas de importantes artistas de la escena actual, como en los frottages de Gabriel Orozco tomados en el metro parisino.

Comisario :

  • Agustin Arteaga, director del Museo Nacional de Arte, México.

Algunos artistas exhibidos :

  • Ángel Zárraga, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, Frida Kahlo, Germán Cueto, Roberto Montenegro, Gerardo Murillo Dr. Atl, Marius de
    Zayas, Rufino Tamayo, Miguel Covarrubias, Mathias Goeritz.

Enlaces de interés: